martedì 22 luglio 2008

Qué quieren los hombres en la cama?

Según Juan Carlos Kusnetzoff, psiquiatra y sexólogo, ellos viven pendientes de su rendimiento sexual, fantasean con juegos de lesbianismo y sienten pánico a los 40. Cuál es el peor enemigo del placer sexual? La falta de deseo. Es como si faltara nafta. Sin el deseo es muy difícil todo lo demás. Y hoy es uno de los problemas más frecuentes de consulta. ¿Y por qué hay tan pocas ganas? Por motivos orgánicos, psicológicos y, muchas veces, sociales como la inestabilidad laboral, por ejemplo. Pero también sobreviene cuando un hombre tiene algún problema sexual, aunque sea transitorio, y eso le provoca ansiedad. Temor a la próxima vez, inhibición y vergüenza. ¿Y qué suelen hacer o no ellos con su falta de deseo? Salen a "probarse" con otras mujeres. Es una tontería típica del macho, no del hombre. Y, generalmente, también fracasan. Por más linda o pulposa que sea esa otra mujer, no está acostumbrado a ella y fracasa agravando la ansiedad sexual. Es un prejuicio del machismo: el macho no falla nunca, tiene tres, cuatro mujeres o las que quiera por semana. ¿El machismo atenta contra la sexualidad de todos? Obvio. Atenta contra la sexualidad efectiva, no contra la sexualidad relatada. El macho es un fanfarrón que siempre da envidia, entre comillas, a los amigos. Si se hace una encuesta a cincuenta supuestos machos, seguro que dicen que nunca tuvieron problemas sexuales. No se entiende entonces por qué en el mundo se vende hoy un comprimido de Viagra cada nueve segundos. Se vende más que la aspirina. El homo zapping, el que cambia constantemente de pareja sexual, ¿es más adicto al Viagra? Sí, claro. Igual hay de todo. Hay hombres que no lo consumen con la propia mujer y sí cuando tienen una aventura sexual. O viceversa, algunos no quieren fallar con su mujer y afuera, como es una relación ocasional, no les preocupa tanto. Para muchos cumplir 40 años resulta un hito del declive sexual. Entran en pánico, es la crisis de la mediana edad o como se la llama ahora, el síndrome del último tren. ¿Qué los angustia tanto? Es una crisis evolutiva como la de la adolescencia. Cualquier hombre de cualquier condición social y en cualquier lugar geográfico la pasa. Está acompañada por miedos, depresión, la muerte aparece como un límite concreto. Esto lo lleva a conflictos de pareja, hace un balance personal, profesional. Se pregunta si cumplió los sueños de su juventud. Algunos, además, quieren hacerse una transfusión de juventud saliendo con mujeres veinte años más jóvenes que ellos. ¿Y cómo los afecta esa crisis en su vida sexual? Muchas de estas cuestiones existenciales se concentran en un tema de erección. El tipo antes no tenía problemas de erección, pero si una función fisiológica como es la erección, está sobrecargada de significados, angustias o temores, automáticamente falla. Las mujeres se quejan de que el hombre las excluye en la cama. Yo, un poco medio en broma y un poco medio en serio, digo que los hombres no tienen relaciones sexuales con las mujeres u otros hombres. Los hombres tienen relaciones con sus penes. Una vez que el pene se erecta, ahí entonces sí se fijan con quién están. Pero primero toda la atención está puesta en el órgano. El tipo con un ojo mira a su compañera y con el otro vigila el pene. Esto hace que la energía se disperse. ¿No es un tema cultural esto de asociar, en forma dramática, la erección con el encuentro sexual? Sí. Claro, usted habla así porque no tiene pene. El pene al macho no se le puede bajar en ningún momento (risas). Ahora, en serio, el macho adentro tiene oculto un hombre. ¿Y qué significa eso? Es alguien que se emociona, siente, confiesa lo que le ocurre, falla... Es importante que el tipo entienda que el hecho de que tenga una erección, no significa "ya está, penetro". Hay que dedicarse a la franela, jugar más. El pene sube y baja... Muchos pacientes dicen que si baja, después no pueden. Es una fantasía. Lejos de los estereotipos machistas y de la cultura del "poder del homo erectus", ¿no podrían simplemente relajarse y disfrutar? Lo siento, estimada. Si fuera así, yo no tendría trabajo (risas). Los hombres, las parejas que entiendan eso, ya está. Se liberan. ¿Cómo se evita el aburrimiento sexual en una pareja que lleva muchos años de convivencia? Hay que salir, pasear, encontrarse en otros lugares. Cambiar de paisaje, ayuda. Pero el sexo inevitablemente es rutina. ¿Siempre llega el aburrimiento? El aburrimiento forma parte. ¿Y el sexo tántrico, que está tan de moda, no ayuda a aplazar un poco el hartazgo? Es bueno. Pero hay que tener tiempo y tiempo no tenemos. Hay que ser oriental, creer en el yin y el yang. ¿Entonces estamos condenados a aburrirnos o a cambiar cada tanto de pareja? Yo no opino eso. En la cama hay que decir lo que uno quiere. "Me gusta que me muerdas...", por ejemplo. Tener diálogo del menú de lo que a cada uno le interesa. Eso saca el aburrimiento. Y además, voy a emplear una palabra que pido, por favor, pongan en mi boca: el amor es eterno. Amor, amor. No se trata de técnicas sexuales. El amor es el mejor afrodisíaco. Hay que estar entusiasmados, gustar de la otra persona. No hay ningún secreto en eso. Si carecés de ese condimento, lo siento mucho, te vas a pasar toda la vida muy aburrido. ¿Cuáles son las fantasías masculinas más frecuentes? Compartir la mujer con otra mujer. Un trío. No con otro hombre. No, no. ¡Qué te has creído de mí! (risas). Las imágenes de lesbianismo, por ejemplo. Eso los excita muchísimo. El hombre es un ser visual por excelencia y la mujer es táctil. ¿Por qué tienen tanta obsesión por la cola femenina? Porque en la percepción visual lo que emerge es el relieve. Lo mismo pasa con los pechos. Al hombre le gusta eso que resalta. ¿Dice algo de la sexualidad de los argentinos que Florencia de la V sea un sex-symbol, la primera vedette del país? Estamos viviendo en una época posmoderna que se caracteriza por borrar las distinciones. Antes había hombres y mujeres, ahora hay hombres, mujeres y... El posmodernismo ha abierto las piernas y las neuronas. Entonces uno ve lo que antes no veía. ¿Usted nota en el consultorio cada vez más pacientes bisexuales, por ejemplo? Sí, sí. Y lo confiesan. Están casados, con hijos, etcétera. Y se van una noche con un señor. Eso trae unos problemas tremendos. Pero no hay nada nuevo bajo el sol. ¿Y cuáles son las quejas más frecuentes con respecto a sus compañeras sexuales? Dicen que son lentas para excitarse o llegar al orgasmo. Esa queja es un clásico. También que no quieren tener relaciones anales. El macho muere por eso. Quiere ponerlo en su currículum, contárselo a sus amigos. Es muy importante para ellos. Y a muchas mujeres no les gusta, pero acceden porque saben que si no, él va y busca a otra. Por último, ¿qué es lo que realmente espera un hombre de una mujer en la cama? Que grite. Desde hace muchos años el doctor Juan Carlos Kusnetzoff ha explicitado que orgasmo no es igual a grito. Pero no importa. Ellos quieren contarle a los amigos que ella es una leona en la cama. Y una leona ruge, grita... A lo mejor es verdad o no. Eso no importa. Es tan tonto el hombre, tan tonto. Que viene una mujer, grita, se mueve, se desespera, pide agua, etcétera. Y el tipo enloquece, ya está organizando la próxima cita. Fuente: http://www.clarin.com/suplementos/mujer/2004/09/28- /m-00601.htm

3 commenti:

path ha detto...
Questo commento è stato eliminato dall'autore.
path ha detto...

wish you all the best with J.

Anonimo ha detto...

I have never taken a pleasure to break any heart...especially of someone who is my friend...